Suecia prueba con éxito la jornada laboral de seis horas: empleados más
productivos y menos bajas
Es bien conocido que los países nórdicos
están a la vanguardia mundial en niveles de igualdad, calidad de vida o
competitividad. Con una mentalidad más abierta y menos aversión al riesgo que
otros países, han sido siempre innovadores a la hora de adoptar medidas que
pudieran mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, convirtiéndose en
modelos a seguir por otros países.
Ahora “se atreven” a llevar a cabo (de
forma experimental en algunos centros de trabajo) una
reducción del 25% de la jornada laboral manteniendo el nivel salarial. ¡Olé! ¡Y lo están haciendo! Y están comprobando
que los resultados son positivos para todos los colectivos implicados.
Es una medida muy similar a la que se
propone en el libro “Eliminar el paro ES
POSIBLE trabajando menos”, incluso algo más agresiva, pues la reducción de
la jornada es aún mayor y no hay ninguna compensación inicial a los
empresarios, que si aceptan es porque les obligan, sí, pero además porque confían
en que los resultados de la medida (más productividad y menos bajas) les
proporcionarán beneficios que, a la postre, compensarán con creces soportar el
mismo coste salarial para menos horas de trabajo.
Parece que el propósito principal de esta
medida, adoptada, ya digo, de manera experimental en algunas empresas de
Gotemburgo (Göteborg en sueco), es el de mejorar la calidad de vida de los
trabajadores (más horas de ocio, mayor conciliación de la vida familiar
y la vida laboral, menos cansancio, menos estrés…) y que ello repercuta de
forma positiva en sus empresas (mayor productividad, menos absentismo, menos
bajas, mayor involucración y motivación…) y en la sociedad (aumento del consumo
en toda la industria del ocio, disminución de gastos médicos y sociales,
personas más felices…).
Y vamos a lo
que nos interesa en este blog… Está por ver si, además, esta medida creará empleo:
yo, personalmente, estoy seguro que sí, que los aumentos de productividad derivados
de esta medida no van a ser capaces de compensar la reducción de horas de
trabajo, al menos a corto plazo. Expresado de otra forma: los trabajadores que
antes sacaban un trabajo adelante en jornadas de ocho horas ¿van a ser capaces
de generar el mismo producto en jornadas de seis horas? Presumo que su
productividad va a aumentar mucho (su producto por hora o por jornada de
trabajo) pero no tanto, de ahí que si la empresa deseara mantener el mismo
nivel de producción, tendría que contratar más trabajadores. Es cuestión de
medir entonces si los beneficios de esta medida (aumento de la productividad,
aumento el consumo…) son suficientes como para compensar los aumentos en los
costes empresariales… Si no fuera así, lo que propongo en el libro “Eliminar
el paro ES POSIBLE trabajando menos” es la participación del Sector Público
para garantizar esta compensación, porque, dicho sea de paso, también las
administraciones públicas obtienen grandes beneficios de esta medida, justo es
pues que pongan de su parte para llevarla a cabo.
Es de esperar que pronto publiquen las
conclusiones de este experimento; las espero con verdadera impaciencia. Es más,
tengo la intención de ponerme en contacto con organismos públicos y
asociaciones de empresarios y trabajadores en Gotemburgo para recabar más
información y para, humildemente, ponerme a su disposición por si necesitan
algún tipo de ayuda, en cuanto a tomas de datos, investigación… lo que haga
falta para demostrar de forma fehaciente que reducir la jornada laboral
es la solución al desempleo. Si bien nuestras diferencias sociales y culturales
son grandes, seguro que podemos encontrar elementos de interés para poner en
práctica en nuestro país, tan azotado por el desempleo; tal vez no se trate de
copiar, sino de adaptar el modelo a nuestras peculiaridades laborales, institucionales,
sociales y culturales. Lo que digo siempre: sin duda merecerá la pena el
esfuerzo.
Definitivamente, yo quiero ser gotemburgués.